viernes, 7 de septiembre de 2007

OTOÑO O PRIMAVERA



A Don Prospero le duelen hasta los huesos, no hay día en que su achacoso andamiaje no se resista a levantarse de la cama recién pulida. Las manos arrugadas de tanta caricia han hecho cayo en el corazón de aquel hombre viejo que hoy es. Los recuerdos son el colchón de los dolores que se han hecho suaves al lado de los amados, al lado de los nietos que cantan a su paso aquella canción de su infancia.
” La mamá de Gabrielin le dijo una vez….”
Don prospero sabe que esta viejo y que no hay mas primavera para su boca que la que se resiste a envejecer dentro del alma y es ella el color de aquella tarde en la que sus nietos han venido a traerle un poco de pan y una nueva canción.
“que llueva, que llueva, la vieja esta en la cueva…..”
El más grande, ha corrido a sus brazos para demostrarle en besos que la vida siempre da frutas maduras y que los pesares del ayer han hecho maravillas enmascaradas en biológicos menesteres familiares.
“ni carita redondita, tiene ojos y nariz….”
Sonia asomada bajo el bastón que apoya 80 años de experiencia, ha hecho una morisqueta para pedirle al viejo un pedazo de esa torta que en el horno huele a hogar y a menta. Porque para ella no hay más placer que la complacencia de su “ella” en el abuelo.
“arroz con leche me quiero casar…..”
La cama ya espera a Don prospero, la cama llama al que llamó algún día con lagrimas cuando sus hijos recién venidos ocuparon el lugar en retroceso de su próxima ausencia.
“los pollitos dicen pio pio pio….”
Esta listo don Prospero, listo para dar paso a la prosperidad. Y sus nietos cantan por los días que vendrán hasta ese día en que en su cama, sean ellos mismos el recuerdo de su abuelo. Vean ellos mismos las arrugas en las manos y el dolor del cuerpo al levantarse.
“duérmete mi niño, duérmete mi ya…..”